domingo, 1 de junio de 2008

El poema de la semana

Mari

Ella te acompañó durante mucho tiempo,
a nadar y a la escuela cada tarde.
Fue tu amiga y también la confidente
de aquella dolorosa adolescencia
de luna de hospital y azules tardes
de lenta juventud. Era tu Mari,
sus últimas visitas, ya tu ojos
pesándote hacia dentro por la muerte
que apagó todo el brillo tras los fríos
cristales empañados del ayer.
Mari,con tu sonrisa y su sonrisa,
el olor a vestuarios de piscinas,
tu nadando, nadando hacia la muerte.
Ahora Mari lo sabe y te despide
mirando a sus dos hijas.
Mari, que, embarazada,
se negó a someterse a prueba alguna
porque a ella jamás le preocupó
dar a luz a una niña como tú.

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