Llega el gran momento. El cara a cara entre Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero; o José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy para tratar de romper lo que unos llaman empate técnico y otros vemos como un margen suficientemente grande para que el PSOE revalide su mayoría de gobierno.
Porque si algo caracteriza el actual proceso electoral es la igualdad entre las dos candidaturas. Nunca ha estado tan claro que ambos partidos olvidan su ideología para hacer lo que sea y gobernar. Adiós a las ideas y bienvenidos los lemas, las frases publicitarias con tal de lograr el voto. Y para el que esto firma, las primeras son sustanciales. El gobierno es una tarea que excede el mero cumplimiento de las promesas. No en vano, durante el mandato habrá imprevistos, se deberá abordar situaciones que no se habían pensado y los ciudadanos necesitamos saber las coordenadas en las que se moverán nuestros gobernantes. Y, hasta el momento, desconocemos las de unos y las de otros.
Si Zp resulta bastante inquietante para el que esto firma, el gobierno de don Mariano provoca pánico a tenor de lo que ha venido diciendo o callando durante estos meses. Se lanza al tan de moda mensaje ecologista con sus 500 millones de árboles, o la cifra que sea, pero no le hemos escuchado una línea de un planteamiento ecológico de acción de gobierno, un criterio general. ¿Qué hará con la política de agua? ¿Y el transporte? ¿Y los biocombustibles? Frases, frases muy bonitas, pero todas huecas. A veces, incluso peligrosamente huecas.
Como sucede, por ejemplo, con su discurso sobre la inmigración. Reconozco a don Mariano el valor de plantear un debate sobre un tema que nos debe importar a los españoles. Y, desde luego, que son reflexiones para realizar ahora, en tiempo electoral, con serenidad y calma que ellos (el PP) no han tenido durante estos cuatro años (no profundizaré en ese campo, pero la gestión de la oposición ha sido más bien desastrosa por antidemocrática). Pero ahí a plantear el tema de la inmigración en basándose en legalidad e ilegalidad existe un abismo. Porque la inmigración es mucho más que eso. Al margen de ser una verdad de perogrullo. Cuando una persona viaja o se traslada a otro país, lo normal es respetar las leyes del país de acogida. El debate de la inmigración va mucho más allá. Con dos millones de trabajadores en España, reducir los inmigrantes a legalidad o ilegalidad es olvidar otros temas fundamentales como su integración, la incorporación a los sistemas de protección social y sanitaria, a la educación... Campos estos donde no se conocen las propuestas. O se reducen a la anécdota. Ejemplo: anuncia la supresión de Educación para la ciudadanía (de lo que uno se alegraría), pero no se hablar de abordar las causas que dejan a España a la cola del Informe Pisa.
Y para terminar una cuestión que puede reflejar lo que sería un gobierno del PP: su actitud ante el matrimonio homosexual. El resumen puede ser de la ocultación a la discriminación pasando por la hipocresía. En una entrevistas con Pedro José Ramírez, Rajoy declara que habrá cambios en el matrimonio, pero que no afectará a los derechos de las parejas homosexuales. O sea, que se modificará el nombre. Es decir, la hipocresía. No les molesta la unión entre personas del mismo sexo, (a mí no me molesta) sino que se llamen matrimonio. Posteriormente, anuncia que no podrán adoptar hijos, con lo que o bien mentía a Pedro José o fue un desliz y parte de su programa electoral permanece oculto. Por último, ese recorte de derechos genera un caos jurídico terrible. Porque, ¿qué sucede si una pareja homosexual ya ha adoptado? ¿Le quitan el niño? ¿Qué pasa con las parejas de mujeres que pueden tener un niño de forma natural? ¿Se les prohibe o se les quita? ¿Quieren una sociedad con cuatro clases de matrimonio: de Primera (heterosexuales, con o sin armario); Segunda (parejas de lesbianas que pueden tener hijos), Segunda B (homosexuales antes de la regulación del PP) y Tercera (homosexuales post PP)?
Así que si unos provocan pavor, otros temor.
Entrando en lo más básico, considerar que una pareja mujer/hombre puede adoptar a un niño y una pareja mujer/mujer u hombre/hombre no puede hacerlo, es directamente una discriminación -negativa- por razón de sexo y eso no es legal ¿no?
ResponderEliminar"no profundizaré en ese campo, pero la gestión de la oposición ha sido más bien desastrosa por antidemocrática"
ResponderEliminarUna afirmación tan grave merece que se profundice.
Me apunto al carro, tocayo, profundiza un poco.
ResponderEliminarAnnie, pues si que es directamente una discrimanación por razón de sexo, pero tu crees que la sociedad está tan evolucionada como para que, por ejemplo, en los colegios no se "discrime" un poco a estos hijos de parejas homosexuales?, no solo por parte de los compañeros, también por parte de los padres de estos, ... que no es excusa para frenar esas adopciones, es una pregunta al aire por el bien de esos niños, niños que por otra parte están en casas de acogida sin solución a sus vidas familiares, complejo, muy complejo.
Creo que deberíamos evolucionar moralmente antes de tomar medidas o tomarnos el pulso real, ...
Pues seguro que sí habría discriminación, pero no puede cometerse una injusticia por si acaso hubiera otra posterior.
ResponderEliminarPensándolo bien, más básico aún, se trata de una discriminación hacia una persona por razón de un sexo que no es el suyo. Vaya que se discrimina a alguien por las características de otra persona. Absurdo, como casi siempre que el punto de partida lo es.
"Pues seguro que sí habría discriminación, pero no puede cometerse una injusticia por si acaso hubiera otra posterior."
ResponderEliminarTambién es verdad, de ahí lo complejo del asunto.
Oye Fernando, ¿cuantas bodas de hombre-hombre o mujer-mujer se han celebrado en el ayuntamiento? ¿Y los bautizos civiles que? ¿están que no paran, eh?
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