sábado, 1 de mayo de 2010

Un olvido imperdonable


Quedan menos de 24 horas, así que hay margen de sobra para, el que se haya olvidado de que mañana es el Día de la Madre, pueda hacer una escapada a los chinis, a por un regalo.
Seguro que también algún quiosco cerca de casa vende libros. Y luego está el recurso de los pasteles o la invitación a comer. No hacerlo sería un olvido imperdonable.
Siempre me llamó la atención los carteles manuales de las tiendas, rozan el marketing callejero (street marketing) y, sobre todo, porque demuestran la intuición comercial de muchos pequeños empresarios, que captan las ideas extendidas en su entorno y saben realizar una lectura comercial de ellas.
La foto se hizo en la avenida de Galicia, en el muy noble y excelso barrio de El Natahoyo, Gijón.

2 comentarios:

  1. Me voy a decantar por la opción de pedirle pasta a mi madre e invitarla a comer....oooops, igual hay que pensar un plan B!!!

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