martes, 4 de marzo de 2008

El debate: Zapatero debe dimitir

Había pensado en escribir otra valoración con el mismo formato de la semana pasada. Está viendo a Zapatero claramente vencedor, con un Rajoy al que le costaba encontrar su sitio, sin lanzar ideas, repitiendo los esquemas de la semana pasada hasta que el candidato José Luis Rodríguez Zapatero realizó la declaración de un político más grave de la historia de la democracia en España desde la aprobación de la primera Constitución.
"¿Qué política antiterrorista prefieres: la de la legislatura anterior, con 298 muertos, o la de esta, con cuatro?".
Quedé helado.
Lo de menos es que el candidato socialista entrase al juego de lo que siempre reprochó al PP: la utilización de la lucha antiterrorista en el debate entre partidos. Una incoherencia más en un político es lo de menos. También es lo de menos su respuesta brillante a Rajoy: "No hubo negociación política, por eso se rompió el diálogo con ETA".
No, lo más grave, lo escandalosamente grave es la concepción que late en esa frase: como una persona se atreve a poner en una balanza vidas humanas como si fuesen salchichones: ¿qué es mejor, comprar dos botellas o tres y me regalan un zumo? ¿Cómo se puede ser tan inmoral, tan vacío de sensibilidad hacia los que sufren? Además, hablando de víctimas del terrorismo. Los terroristas son individuos que rechazan el sistema democrático y, frente a sus normas, matan y agreden a quienes asumen las leyes y, si no les gustan, tratan de cambiarlas desde dentro de la ley. Por eso, las víctimas de los terroristas merecen una consideración especial, un reconocimiento desde los demócratas y en la democracia.
Por eso, la inmoralidad de una persona que quiere presidir una democracia que, como la nuestra, ha sufrido tanto el ataque de los terroristas. Es una frase inmoral, propia del salvajismo político y que no sólo exige la inmediata rectificación de Zapatero. Obliga a su dimisión.

2 comentarios:

  1. Me parece una frase horrible, pero... realmente casi cualquier cosa que se diga en este invento extraño que hemos dado en llamar debate político se hace considerando al ciudadano como un número. No importa de qué se hable.

    ¿Que se habla de paro? se habla de número de parados, ¿accidentes de tráfico?, ¿emigrantes?... lo que no sé es si se pueden hacer las cosas de otra forma, la verdad. Al menos bajo la óptica actual resultaría imposible.

    Me imagino listas abiertas y los cargos electos mirando a los ojos a los que les han elegido y quizás las cosas serían distintas.

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