jueves, 14 de junio de 2007

De la cosa cinematográfica

Hasta que leí su nombre ayer en el ABC desconocía completamente la existencia del Instituto de Pensamiento Estratégico de la Universidad Complutense. Los descubrí gracias a una información que hará gracia a mucha gente, preocupará a otros tantos y escandalizará a la gente del cine español. Después de una encuesta, desvela que el 43,5% considera que la temática de las películas españolas no le interesa, resulta aburrida; y la mayoría, de forma abrumadora, se decanta por las películas americanas.
Y no es que podamos decir que su temática sea la leche. Entre piratas del caribe, la enésima comedia tonta, una de miedo y una nueva versión del superhéroe de turno, el cine americano no pasa por se un prodigio de creatividad. Con todo, hay que reconocer que, incluso cuando son aburridos, estos yankis saben hacer películas, porque un filme americano malo puede verse, pero una de estas películas españolas malas, se nos cae de la pantalla. Tal vez sea que ellos tienen más medios o más recursos. Pero hay películas españolas con muchos medios y que son igual de aburridas. Está claro que los yankis conocen muy bien todo los entresijos del entretenimiento, de lo que es el lenguaje audiovisual. Y que, en España, la mayoría del gremio o se encuentra lejos o se encierra en una torre de marfil. Podría justificarse cuando se la pagan ellos, pero con un parte importante del presupuesto dependiente del erario público, es, cuando menos, sujeto de debate. Así que unos cuantos deberían ponerse a hacer los deberes porque encuestas como estas son platos duros de tragar. Aunque también pueden probar a desacreditar al mensajero.

5 comentarios:

  1. La cuestión, desde mi punto de vista, está en que en América donde hay una libertad de mercado total, el producto se selecciona, sin embargo, en España, los Poderes Públicos se encargan de subvencionar a la panda de ineptos que tenemos como actores, así las cosas las películas españolas están insufladas por las arcas del estado directamente o indirectamente por televisiones autonómicas, con todo esto, tenemos la mezcla idónea para que los fracasados de la extinta EGB se dediquen a innovar un cine de pésima calidad, por la sencilla razón que a ellos no les cuesta un duro. Y así te puedes encontrar con títulos tan dejados de la mano de Dios, que cuando en tu lecho de muerte reclames unos minutos, unas horas más de vida, maldecirás filmes como El Robobo de la Jojoya, y actuaciones humorísticas de Pedro Reyes, que tanto tiempo te han hecho perder sin haber sido castigados, confirmando así, una de las más célebres citas de Napoleón Bonaparte.

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  2. ¿El estudio entra a valorar la cuestión de las subvenciones? Digo esto porque si una película no nos gusta no creo que entremos a matizar si nos gusta más o menos dependiendo de quien haya puesto el dinero, supongo.

    Por otro lado, el planteamiento -el de la entrada, ni idea del estudio- es bastante tramposo, desde el momento en que se introduce la cuestión de las subvenciones en el cine español -hay buenas y malas películas subvencionadas- pero no se ponen sobre la mesa las características propias de otros mercados, que son las que van matizando la mirada y la forma de hacer las cosas... aspectos tan tontos como que en EEUU y la India, los mayores productores del mundo, haya una población tan enorme que permita que las películas de bajo y medio presupuesto puedan ser amortizadas más fácilmente.

    Los datos, sin más, no tienen ningún sentido. Hamilton es el mejor debutante en F1 de la historia... ¿qué valor tiene esa información si no se matiza que es prácticamente el único debutante que lo ha hecho con un coche con posibilidades de disputar una victoria?

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  3. La importancia de las subvenciones es tal que si haces un producto que no guste al público que ha sido subvencionado, aquí no ha pasado nada, ad sensum contrario si ese mismo producto ha sido costeado por determinada empresa, por fulano, mengano o zutano, y no funciona, te puedo asegurar que no volverá a hacer otra película, así de sencillo, así de simple, es el concepto de lo público, no sé de qué te sorprendes, de la misma manera que la ópera está subvencionada, el teatro en gran medida también, etc. Es el coste del arte que no termina de gustar al público. ¿Cuestión de educación? Pues puede ser, pero no se hace un producto que termine por atraer, además que si te acercas al Palacio Valdés verás a un montón de caballeros trajeados y señoras con sus pieles que a una simple obra de teatro la convierten en algo francamente elitista, y si te vas a una ópera pa qué te voy a contar, en definitiva, esto es tan democrático como que cada uno ve lo que le dé la gana, ahora que no se debería pagar a los actores como si de catedráticos se tratasen, su aportación es significativamente menor.

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  4. Maletinín:
    La carencia de subvenciones también es, aunque parezca una paradoja, una forma de concederlas.

    Y recuerda que hay buen cine (odio tener que aludir a frases de 0,60) porque existe el malo.

    Además "el robobo de la jojoya" es la muestra más descarnada de una sociedad completamente idiotizada...¿o vamos a mentir a nuestors hijos diciéndoles que en nuestra juventud todo era mejor?

    K.

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  5. Annie, el estudio sobre habla de preferencias de los espectadores, sobre si les gusta o no las películas y lo que opinan del cine español. No entran a valorar la cuestión económica donde, para ser justos, habría que tener en cuenta todo lo que mueve el cine, pues no es sólo el resultado de taquilla.
    Para mí, lo más interesante de la película es el tirón de orejas sobre unas propuestas tan costosas y que luego no interesan. No pongo en duda que se deba apoyar al cine europeo, pero de la misma forma pido a los cineastas más calidad y cercanía.

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