Una crisis absurda

La comisión Ejecutiva de la Agrupación Socialista Local cerró ayer la crisis de gobierno. Han sido necesarios diez días y dar un giro de 360 grados para llegar al punto de salida. A uno la capacidad de los políticos para hacer el absurdo le sorprende, cada día más. Lo único saludable es que está panda me la suda; uno mira el coso como espectador, sin más. Desde la distancia, uno concluye que después de todo esto hay más derrotados que ganadores, si es que alguno gana algo:

• Pilar Varela. Prendió la mecha y, a la hora de la verdad, corrió para cortarla y evitar la explosión. El miedo escénico se apoderó de ella. Ha demostrado un punto débil y embarcó al PSOE en una travesía hacia ninguna parte. Ha demostrado falta de arrojo y de previsión.. Su credibilidad y liderazgo pueden resentirse. Posiblemente es la que más ha perdido.
• Fernando Díaz Rañón. Incapaz de gestionar una oposición sin meter los dedos en las heridas ni liderar a su gente. Él es capaz de moderar su discurso y aportar algo de sentido común, pero no logra incluirlo en la resolución de la coalición local.
• Álvaro Álvarez. Respalda a la alcaldesa, pero ya no esconde su incomodidad por el pacto. Si se rompe, lo culparán a él aunque no sea el responsable; si sigue el gobierno, lo acusarán de cualquier movimiento.
  
• El gobierno. Demuestra su debilidad, la falta de sintonía entre los socios que, además, alimentan la idea de que sólo pactan por los sueldos. La inestabilidad se instala: ¿aguantará el próximo insulto o seguirán?
  
• PSOE. Ahora se sabe todo lo que piensan de sus socios y sus ganas de romper. Más de un militante puede preguntarse para qué todo esto. La resolución de la Ejecutiva suena a bajada de pantalones y, ahora, el interés será que dirán cuando IU vuelva a dudar sobre la honorabilidad socialista.

Los únicos que han ganado algo, y es bien poco, es Izquierda Unida. La cesión socialista les da una importancia mucho mayor de la que tienen sus actuales dos concejales. Al tiempo, continuarán con su línea de oposición a su gobierno. Total, nunca pasa nada. Hasta que pase.
¿Qué ha hecho Avilés para merecer esto?