lunes, 11 de febrero de 2019

La necesidad de la felicidad

Photo by Melissa Askew on Unsplash


¿Será lícito ser tan felices, cuando el mundo está tan lleno de sufrimiento, cuando existe tanta oscuridad y tanto mal? ¿Es lícito ser tan jactancioso y alegres? La respuesta sólo puede ser: "sí". Porque diciendo "no" a la alegría no prestamos un servicio a nadie, sólo hacemos más oscuro el mundo. Y quien no se ama a sí mismo no puede dar nada al prójimo, no puede ayudarlo, no puede ser mensajero de la paz. Esto nosotros lo sabemos por la fe, y lo vemos cada día: el mundo es hermoso y Dios es bueno. Y por el hecho de que Él se hizo hombre y vino a habitar entre nosotros, de que Él sufre y vive con nosotros, nosotros lo sabemos definitiva y concretamente: sí, Dios es bueno y es un bien ser persona. Nosotros vivimos de esta alegría, también tratamos de llevar alegría a los demás, de rechazar el mal y de ser servidores de la paz y de la reconciliación".

 Benedicto XVI,  Saludo a los participantes en la peregrinación de la Archidiócesis de Múnich a Castelgandolgo, agosto de 2012.
L'Osservatoreromano, página 2, número 33, agosto de 2012

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