miércoles, 30 de enero de 2019

Ciudad astur: una realidad para aprovechar

Photo by Pawel Janiak on Unsplash


Posiblemente esté en un error al atribuir al arquitecto Arturo Terán las primeras reflexiones sobre la y griega como calle central de Asturias, el inicio de la configuración metropolitana de la zona central de Asturias.
Lo  cierto es que la evolución de las infraestructuras en la región han cambiado la forma de relacionarse, de comunicarse, de vivir en la zona central. Es lo que geógrafos como Fermín Rodríguez han bautizado como Ciudad Astur. Es una realidad que vivimos a diario muchos asturianos: vivimos en una ciudad, trabajamos en otra y no tenemos problemas para desplazarnos por toda la región en nuestros momentos de ocio.
Hoy en día, de Gijón a San Juan de la Arena es poco más de media hora en coche y desde Avilés se llega en 45 minutos a San Juan de la Arena. Ir a una sidrería desde Viesques, Gijón, a Avilés, puede resultar más rápido que desplazarse el centro de Gijón.
Sí, es una  realidad en los usos que damos los ciudadanos, pero presenta muchas disfuncionalidades. Una persona que trabaja en Oviedo, pero tiene el médico de referencia asignado en Gijón por ser su lugar de residencia no puede ubicar en vetusta su especialista en medicina de familia, aunque para algunas consultas le vendría más cómodo. Los gastos culturales de determinadas ciudades recaen en sus vecinos, pero los pueden disfrutar todos los ciudadanos... Y si hablamos del transporte público, ya no hablamos, lloramos.
Frente a esta situación, caben dos opciones. Una es no hacer nada, seguir como estábamos y sufriendo la situación; la segunda es intentar poner un poco de orden, aprender a sumar esfuerzos y organizarse para aprovechar el potencial que supone vivir en una ciudad de un millón de habitantes, pero con la comodidad de residir en núcleos pequeños. Sería un modelo como Los Ángeles, una ciudad polinuclear.





El desaparecido Vicente Álvarez Areces fracasó en un primer intento, pero puso el tema sobre la mesa. Ahora, el gobierno de Javier Fernández, al que en septiembre añoraremos, ha logrado gracias a Fernando Lastra, que ha demostrado una enorme talla política, poner las bases para esa coordenación,  la creación de un área metropolitana asturiana.
Es una propuesta seria, realista, con capacidad de crecer para englobar a toda la región, pues es en la dinámica que estamos; otra de sus fortalezas es que subraya su dimensión colaborativa, de tal manera que no aparecen imposiciones y el diálogo entre instituciones es la herramienta básica para avanzar. Seguramente, al principio será más lento y conforme se despejen las dudas y temores se avanzará más.
Porque no tengo dudas de que podemos vivir sin área metropolitana, pero viviremos peor, perderemos la oportunidad de ser una región atractiva y de mejorar la gestión de unos recursos cada vez más limitados y donde la agenda no siempre la marcaremos nosotros. Pongo como ejemplo las últimas tormentas,que obligan a gastos imprevistos.
Frente a esta realidad, aparecen las voces contrarias de los de siempre y con argumentos bastante peregrinos.
Uno de los más débiles es restar legitimidad a una decisión de este tipo a seis meses de las elecciones. No la entiendo, sinceramente. Quienes deciden son gobiernos elegidos democráticamente. Si existiese un claro rechazo, dentro de seis meses los vecinos podrán elegir un nuevo gobierno que tendrá más fácil paralizar lo hecho durante seis meses, que en realidad será mucho menos, que el trabajo de tres o cuatro años. 
Y luego están quienes se inventan un órgano que no está anunciado ni previsto en ninguna parte y elaboran un marco legal inexistente para rechazarse.
En todo caso, se trata de una misma estrategia: poner piedras al avance de la región; a la mejora de los asturianos.
No es algo nada nuevo y, para no enfadarme mucho, me despido con este vals, para ver si los reaccionarios de siempre no le temen al progreso.




LinkWithin

Related Posts with Thumbnails