viernes, 7 de septiembre de 2018

Someday My Prince Will Come




Me gusta el jazz. Lo confieso. No soy un entendido ni un fanático, no distingo los estilos ni a los intérpretes, pero desde la primera vez que mi padre me llevó a una jazz sesion en el Allegro Ma Non Troppo supe que esa música que me cautivaba cuando la escuchaba me iba a acompañar siempre.
¿Por qué? Ignoro los motivos.
Entre las posibles causas, su poder cautivador, seductor. Es escuchar jazz unos minutos, incluso unas pocas notas, y saber que tienes una historia entre las manos. Tan sólo te queda el reto de buscarla.

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