lunes, 18 de septiembre de 2017

El mal rollo de Catalonia



Photo by Benjamin Voros on Unsplash


Cada vez llego con más miedo a las páginas de Nacional. Todo esto que pasa en Cataluña me inquieta. Como dirían los modernos, me da mal rollo. De todas las historias, la de España es la más triste porque acaba mal, escribió Jaime Gil de Biedma, si la memoria no me falla.
La posibilidad o no de realizar un referéndum es lo de lo menos.
Es cierto que existe un margen legal para celebrar una consulta en Cataluña, pero no una consulta de autodeterminación. Esta no figura entre los derechos constitucionales e introducirla implica una reforma fuerte de la Constitución española, esa que obliga a aprobación por mayoría cualificada en las Cámaras: disolución del Parlamento, elecciones generales y nueva votación en las Cámaras con mayoría cualificada y referéndum. Pero como parte del Estado (es decir, la organización política de la Nación) cualquier autonomía puede plantear ante el gobierno central la reforma constitucional, es decir, la inclusión del derecho de autodeterminación.
En este caso, la consulta popular sería previa. Una pregunta del tipo: "¿Considera que la Generalidad de Cataluña debería iniciar el proceso de reforma constitucional para la inclusión del derecho de autodeterminación?" sería perfectamente legal.
Vale, perfecto, Fernandín, ya has resuelto la consulta, pensarán algunos. Pero  no, nada se ha solucionado. ¿Por qué? La respuesta es sencilla. La autodeterminación de un territorio, más allá de los restos del pasado colonial señalados por la ONU, no existe. La autodeterminación afecta a la soberanía y este es un derecho personal, individual, ciudadano. La soberanía es del pueblo español. No de las ciudades, concejos, autonomías, territorios... Y es lógico porque el Estado no deja de ser una organización al servicio de los ciudadanos. Entender el Estado como un fin en sí corresponde más bien a regímenes totalitarios.
Dicho esto, se hace el referéndum comentado, se aprueba y, al final, ¿donde se limita la autodeterminación? ¿Pueden autodeterminarse los cuatro provincias catalana y no una de ellas respecto a las otras tres? ¿Y si Chinchilla se quiere autodeterminar, si sus respetables ciudadanos y ciudadanas quieren su independencia, convertirse en una Ciudad Estado? ¿A qué personas dejamos autodeterminarse y cuales no?

Los derechos personales son de las personas, traspasarlos hacia los Estados, por mucho que les guste a los estatistas, tan sólo genera problemas y conflictos. Incluso aunque no exista el Estado.

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