domingo, 21 de febrero de 2016

(Re)descubrir a Jünger

Photo: Página Indómita


Una vida tan extensa, pues murió poco antes de cumplir los 103 años, como intensa podrían explicar el interés que despierta la obra de Ernest Jünger (1895-1998), una de las referencias obligadas al acercarse a la literatura alemana del pasado siglo. La libertad individual, la relación del hombre con la sociedad, la naturaleza, el militarismo son algunos de los temas que aparecen en su obra.
Redescubrir al autor de Radiaciones o acercarse por primera vez a él son dos razones perfectamente válidas para leer Los titanes venideros (Página Indómita, 16,60 euros), título del libro que recoge una larga entrevista de Jünger con el periodista Antonio Gnoli y el filósofo Franco Volpi.
A lo largo de 157 páginas, se recogen las tres largas conversaciones mantenidas en 1995 en su casa de Wilflingen, junto con un apéndice que glosa los principales acontecimientos de la vida de Jünger.
Los entrevistadores se colocan en un segundo plano ya que el protagonismo corresponde a la obra de Jünger, tanto sus ideas (y su propia evolución), como las reflexiones sobre los diferentes acontecimientos de su vida o la relación con diferentes autores.
La admiración y el respeto de los entrevistadores hacia Jünger no impide que aborden las cuestiones más polémicas, permitiendo aclarar algunos aspectos de su ideario, como su idea de elite del que censura «la definición sociológica» porque «es un indicio de corrupción del concepto» (página 27).

Ernest Júnger.
Photo: http://www.adiciones.es/wp-content/uploads/2015/01/Juenger_Ernst_honorarfrei-BA1.jpg

Pero el valor de Los titanes venideros también radica en la aportación de las últimas reflexiones de Jünger sobre la necesidad de la lírica en el siglo XXI o el estado mundial, lo que muestra su capacidad de evolución de un pensador que, en su juventud, defendió el nacionalismo alemán.

«El Estado mundial es el punto al que tiende la organización política de la humanidad. Dicho Estado sancionará en el plano político la globalización ya encarrilada de la técnica y de la economía planetarias. Incluso sin eliminar los Estados nacionales, el Estado mundial absorberá el poder principal de estos», apunta en la página 74.

Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio, suplemento Culturas,
página 5. 13 de febrero de 2016

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