sábado, 19 de marzo de 2016

Sobre la violencia machista



La capacidad del tebeo para fusionarse con otros géneros ha permitido la creación de novelas gráficas que superan los conceptos tradicionales del género. El periodismo es un terreno habitual para ese maridaje, aunque no el único. Una entre muchas (Astiberri; 208 páginas; 19 euros) demuestra el resultado de casar ensayo con los recursos del cómic en una obra que debería ser de lectura obligatoria, como mínimo, en los centros de enseñanza secundaria.
La historia comienza en 1977, cuando se producen los primeros asesinatos del que, posteriormente, sería conocido como el destripador de Yorkshire.
La narradora es Una, pseudónimo que demuestra una actitud ética y un compromiso moral. Una es una mujer, que ha sufrido la violencia machista, abusos sexuales y el repudio social. Su voz quiere ser “una de muchas” (página 11). No aspira un protagonismo, porque la verdadera protagonista son las mujeres, las mujeres víctimas de la violencia machista.
Ahí se encuentra el verdadero tema del libro que se convierte en un lúcido ensayo sobre los efectos de la violencia, el discurso social construido sobre ella y sus efectos sobre las personas concretas. La autora define, en el epílogo, que la obra le resultó “liberadora” de sus fantasmas interiores que, al tiempo, son los problemas de la sociedad.


Gráficamente, la obra destaca por su sobriedad y el máximo aprovechamiento de los recursos, como en la serie de trece retratos finales para expresar el drama de las víctimas, las vidas frustradas por el asesinato. Un elogio al valor unívoco de cada persona. Su gama cromática es reducida. Negros y grises con usos puntuales del color para aumentar efectos dramáticos o narrativos. El rostro de la narradora no se identifica para subrayar que es todas las mujeres, no una en concreto


Publicada en el suplemento "Culturas" de La Voz de Avilés-El Comercio el 12 de marzo de 2016. Página 5.

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