jueves, 9 de mayo de 2013

Reflexionando sobre el Niemeyer


Las Fuerzas Armadas de Israel carecen de uniforme de gala. El hecho, ciertamente insólito, sorprendió en su momento y más de un mandatario extranjero preguntaba por las causas. La respuesta era sencilla de comprender: "El día de nuestro nacimiento como Estado sufrimos un ataque de todos nuestros vecinos. Y, desde entonces, no hemos tenido tiempo para prepararlo".
Una anécdota que me recuerda lo sucedido con el Centro Niemeyer donde la acción se ha superpuesto a la reflexión con excesiva frecuencia provocando lagunas que afectan a diferentes ámbitos de su actividad. Por ejemplo, la música.
A estas alturas de la película, aún no se sabe si debe funcionar como una sala de conciertos meramente comercial o con una orientación definida: apoyando nuevos grupos, abriéndose a los campos de vanguardia, alimentándose con la creatividad de ambientes alternativos; música culta... 
Una indefinición cuyo resultado es la confusión y, en ocasiones, el caos, como si no hubiese ya poco en la vida.

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