miércoles, 24 de octubre de 2012

No hay que buscarse, hay que disfrutarse

Abadía de Viaceli, Cobreces, Cantabria.
Octubre de 2012

Hace unos días, comentando con un conocido mis planes para estas vacaciones le comenté que me iría unos días a la Abadía de Viaceli, en Cantabria; una escapada mínima con la intención de acercarme a la viviencia monacal. Cuando nos despedimos, me deseo que me "me encontrase bien". Era un buen deseo, aunque no se refería tanto a la salud como a culminar con éxito el viaje interior que puede implicar un viaje de este tipo.
Fue una frase que, desde que me la comentó, no me abandonó. Reflexioné sobre ella bastante. Aunque la conclusión siempre fue idéntica: no es tanto encontrarse, como disfrutarse de uno mismo; de ser feliz con la forma propia de ver la vida, este valle de lágrimas donde nunca faltará el dolor, pero donde debemos saber disfrutar de toda su belleza, de nuestra propia belleza interior.

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