jueves, 23 de agosto de 2012

Sorpresa, sorpresa



Hay cosas que no se buscan, se encuentran. ¿Una entrada sola? La naturaleza de los conciertos los convierte en actos sociales. Pocas veces he ido solo a un concierto y, cuando voy, miras con cierta complicidad al resto de solitarios, preguntándote por sus razones, con la duda de si son iguales que las tuyas. ¿Venderá una entrada o buscará a otro solitario?
Tal vez lo segundo porque, si de verdad le importase la música, habría escrito bien el nombre. O tal vez fue un acto voluntario, buscando destacar en panel repletos de notas: se vende piso, se ofrece para el cuidado de personas mayores, clases de inglés...
Sí, hay cosas que no se buscan, se encuentran.

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