jueves, 7 de octubre de 2010

La mano

Mano en la calle de La Cámara, Avilés
Septiembre de 2010

El otoño llegó puntual a su cita de octubre. No cesaba de llover y el agua se entremezclaba con la niebla para formar una pátina que convertía a la ciudad en una sombra, en un ambiente irreal que alimentaba las estufas y los chocolates calientes, las conversaciones a media voz detrás de las ventanas viendo al frío pasar.
El escenario ideal para esa mano que apareció en la pared, sin miradas indiscretas que, a esa hora, ya no recorrían la calle. Dispuesta a serpentear y recorrer la ciudad para cobrarse su tributo de sangre, las promesas del pasado en el día de su vencimiento.

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