jueves, 26 de agosto de 2010

Una enfermedad profesional

Plaza del Pescado desde el Feve, Avilés,
24 de agosto de 2010


De todas las enfermedades profesionales de los políticos, la que menos me gusta es la prepotencia. Comienzan siendo personas sencillas, incluso amables, escuchan a la gente y parece que se creen eso de servir al bien general.

Hasta que un día se levantan y de tantos aplausos escuchados se marean y se creen con la verdad. Por encima de cualquier otra consideración. Es así porque lo dicen ellos.

Sucedió, por ejemplo, con la pasarela de las vías del ferrocarril. Según aseguró Pilar Varela en su presentación iba a estar lista para agosto, ratificándose en las fechas a pesar de las dificultades. ¿Por qué? Porque lo decía ella. Aunque luego rectificó por lo bajini. Y esta foto es la sonrisa triste que constata la enfermedad profesional.

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