domingo, 15 de agosto de 2010

La foca en su laberinto

La foca en el Colegio Público Marcos del Torniello,
en Versalles, Avilés. Julio de 2010


Hace un años, cuando las focas invadieron Avilés, los que más disfrutaron con la propuesta de la Escuela Municipal de Cerámica fueron los niños. Se acercaron sin complejos a las obras de arte y jugaron con ellas; se subieron y saltaron sobre las focas, las acariciaron, las convirtieron en algo propio y les hicieron confidencias. Convirtieron lo que para unos es un objeto de admiración, de observación, en parte de su vida y sus juegos y, de esa manera, demostraron que la obra de arte era digna de toda admiración, de conservación. Prescindiendo del discurso artístico, con su pureza los niños demostraron la utilidad del arte: hacernos más hermosa la vida.
Por eso, el mejor destino de las focas ha sido regalarlas a los colegios de Avilés, para que sigan siendo amigas de los niños, para que sigan alegrando sus juegos y, con ellos, despertando las sonrisas de los mayores.

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