miércoles, 11 de agosto de 2010

Los de prácticas

Este mes, las radios suenan diferentes y en los periódicos se escriben de otra manera. Escuchamos voces nuevas que, dentro de unos días, desaparecerán. No sabemos hasta cuando. Nos hacemos con nuevas firmas que regresarán dentro de unos meses. Son los de prácticas, los estudiantes que llegan a las redacciones con sus ilusiones y las grabadoras de última generación, a quienes no les importa meter las horas que hagan falta y que acuden a trabajar de doblete, con la sonrisa por bandera y esperando lo que les venga.
Ah, los de prácticas. Me gusta más que llamarlos becarios. Esa palabra, desde lo de Lewinsky (o cómo se escriba) se deterioró. Además, de becario a precario hay un paso que ellos ya darán por sí solos gracias a nuestro mercado laboral y sus actores.
Uno siempre agradece la aparición de la gente de prácticas. Lo único negativo es que constatas que te vas haciendo mayor. Pasan los años y cambian las caras, mantienen su ilusión que, en un pasado, fue la tuya. Y, cuando en septiembre, regresan a sus clases, siempre queda algo de ese espíritu, de ese amor por el periodismo que alimenta hogueras mortecinas.

Preparando el post-arecismo

Una de las características de Vicente Álvarez Areces es cómo mima a sus equipos, como trata de cuidarlos y protegerlos. Sus colaboradores se saben siempre respaldados y, sus proyectos, apoyados hasta el final.
Por esa razón, el giro radical en la programación de La Laboral (de la ultravanguardia que no tenía ni público con entradas de protocolo a la Pantoja) es muy significativo de los nuevos tiempos que vienen. Hagamos un poco de memoria.
Con las transferencias en Educación, el Principado recibió la Universidad Laboral, la segunda superficie construida más grande de España después de El Escorial. Gestionar ese patrimonio era un reto, más aún cuando la ampliación del Campus de Gijón se hizo sin pensar en ese edificio, lo que habría sido bastante sensato.
Jorge Fernández León asumió el reto de llenar de contenido La Laboral y apostó por diseñar la Ciudad de la Cultura. El Centro de Arte, el Teatro, el Conservatorio, la Escuela Superior de Arte Dramático, la RTPA, el hotel... Son las diferentes piezas donde una de las más polémicas era el Teatro de La Laboral y su apuesta por la vanguardia que siempre alentó León.
Aunque no se cambia el diseño fundamental, si una pieza mediática, que generaba polémica. Y se comienza a construir el post-arecismo. El presidente ha jugado su papel en el diseño del futuro (hace meses se entrevistó con José Luis Moreno, nuevo programador in pectore) e impulsa los cambios necesarios para que las obras del arecismo no se las lleve el viento.

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