Tren Oviedo-Gijón
21.40 horas. 16-IX-2010
Fue un día intenso. En el tren íbamos cuatro gatos. Es curioso. En el transporte público, todos tratan de buscar la soledad, refugiarse en un asiento sin compañía, mirar por la venta, leer, escuchar música... Oh, sí, esa canción, ¿tren de la medianoche? Habrá que buscarla para otro viernes.
¿Por donde iba? Sí, fue un día intenso: el Congreso de Anis, encuentros inesperados, la mesa redonda, saludos, nuevos conocidos y las preguntas que siempre se suceden y que permiten alimentar algún que otro poema y que, al final, terminan en la papelera cuando los amigos te aseguran que para preguntarte qué haces aquí no es necesario torturarlos.
Al final del día me dolían los pies, pero no el alma. Estaba cansado y sonría.
Me aguardaba el calor de Costilla. No era la soledad de la canción.
Esos viajes en tren son muy propicios para recogerse en uno mismo.
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Ayer por la noche todo el centro de Avilés olía a goma quemada. Supongo que un nuevo petardazo en nuestras industrias con repercusiones en la salud de los ciudadanos. Al menos a mi me empezaron a picar los ojos. No veo nada en los periódicos locales...aunque puede que no haya mirado bien.
Un saludo.
Ch: cuando pasen esas cosas, deberías telefonear a los periódicos locales o mandarles un correo electrónico. Igual no se enteran por estar cerrando la edición. Son llamadas que se agradecen mucho.
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