sábado, 6 de febrero de 2010

Torre de colores


Lleva tiempo Avilés luchando para superar la etiqueta de una ciudad gris y llena de humos. primero fue Béznar Arias, que nos recordó que tras la fábrica estaba la vida. Y luego Ramón Rodríguez nos acercó el arcoiris al puente de San Sebastián. A partir de ese momento, quedaba abierta la veda para llenar la ciudad de color.
La restauración del antiguo parque de Bomberos de Ensidesa es un ejemplo de ello. La torre en la que se colgaban las mangueras y se utilizaba para entrenamientos se ha reconvertido en un faro de colores, a lado de ese otro monumento que son los gasómetros. Su juego de colores se vio en la inauguración, cuando hice esta foto con el móvil. Desconozco si se ha vuelto a encender. Uno, al menos, desde la autovista, cuando regresa a El Cerillero no la ha visto nunca encendida.
La obra, además, evita que se pierda otro del legado de Ensidesa, cuya memoria maltrata la ciudad y despezada con ese museo de los horrores al aire libre en que han convertido el paseo de la Ría. Pero, bueno ese es otro tema. Ahora celebremos esta obra.

2 comentarios:

  1. En la antigua Ensidesa hay edificaciones muy interesantes, que alguna de ellas deberian conservar como patrimonio regional.Tiene gracia la torre de colorines

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  2. Estoy de acuerdo. Y, además de conservar, documentar.

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