sábado, 7 de noviembre de 2009

Trapos sucios

El pasado 15 de octubre, Dry Martini escribió en Archipiélago Avilés lo siguiente:

Esto es apabuyante (por no usar la palabra que tengo en mente y que quedaría muy mal), pero aquí la pobre pinina que no llegaba a mileurista comprando tu libro y tu se lo regalas a la gente!!!!

Fatal, fatal. me ha parecido muy mal. Yo que iba a vaticinate q el año q viene te dan el Príncipe de las Letras... pues no, ya no lo voy a hacer.

Para q se me pase el cabreo me regalas un marcapáginas del centenario de la voz si te queda alguno? no lo tengo, me regalaron el libro pero no pude ir a ver la expo y no sabía q había marcapáginas.

no puedo intercambiar, pq lo mío no llega al grado de colección, pero te invito a un café, of?

A mí, el comentario no me hizo ninguna gracia y le respondí de la siguiente manera:

Pero, che, qué esto, Dry Martini toda sulfurosa... Cuando me robaste el novio yo no me enfadé tanto. Faltaría más, nen, que uno no pueda regalar lo que quiera y a quien quiera. ¿Dónde está el problema de ir a la librería, pedir un libro, pagarlo y regalarlo? En todo caso, vergüenza propia de comprar el libro que uno ha escrito. Vamos, que espero leer un comentario tuyo de disculpa por toda tu ira. Y, cuando disculpes, hablamos del café y de los marcapáginas. Hasta entonces, que sepas que yo no negocio bajo amenazas ni chantajes emocionales.

Posteriormente, en su bitácora publicó una Rectificación, pero que no tenía nada que ver con lo que yo pedía: disculpas por su rabieta de niña mal criada al enterarse de que yo hice un regalo a otra persona. Además, me ha parecido mal, muy mal, la exigencia de una contraprestación... En fin, el marcapáginas que me pide ya está reservado, incluso le adjunto uno de los que diseñado Costilla y que parece pensado para ella. Pero, antes de que uno se mueva, espera una clara disculpa. Uno pide perdón y no pide nada más: perdón por mi rabieta, perdón por las personas a las que pude molestar, perdón por no entender que una persona puede regalar lo que quiera... Sé que Dry Martini está de viaje, así que me siento a esperar sus disculpas. A veces, los trapos sucios hay que lavarlos en público.

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