miércoles, 20 de mayo de 2009

Me corto el pelo

ME CORTO EL PELO
ME corto el pelo
y me atravieso el cuello de perlas
pequeñas
como guisantes con jamón.
Tengo el corazón lleno de guisantes verdes
azules y amarillos,
de amantes de portales y desayunos
grises,
de madres abandonadas con gatos
negros
y de fatigas rojas
como el oro alemán.
Teresa Soto, Un poemario, Ediciones Rialp, Madrid, 2007

Un poemario: Teresa Soto


Desconocía totalmente a la ovetense Teresa Soto hasta que leí Un poemario, libro con el que ganó en 2007 el premio Adonais. Es un libro que respira realidad. En ella, la poeta busca y encuentra la belleza de la cotidianeidad. Vemos la vida con otros ojos, con una mirada limpia y que descubre toda la poesía que va en ese arco infinito que empieza con el olor del primer café y termina con el ruido de los basureros haciendo su ronda. Un libro sencillo y lleno de vida, una experiencia gozosa de una autora que hay que seguir con interés.

Gracias, Bibi

Hoy me siento diferente. No sé si mejor o peor. Gracias a la Ministra de Igualdad, Bibi Aido, sé que, durante un tiempo, yo no fui humano, ni cosa, ni animal, ni vegetal. Era un ser vivo, algo que estaba en el vientre de mi madre y esperaba su destino sin saber en qué me convertiría: en mariposa, cuarcita o en el repelente niño Vicente. En mi familia pensaban que esperaban a un hijo, aunque durante esas semanas, en realidad era un ser vivo no humano, o sea como la Tila o Bambi.
Entre esa concepción del ser humano a medio camino entre la ignorancia y la falta de sentimientos y la idea de la Iglesia, me quedó con las palabras de Benedicto XVI que no se cansa de repetir que cada ser humano es un pensamiento de Dios, un pensamiento exclusivo y lleno de amor.

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