Pero, ¿qué ha sido de la huelga de jueces? Si hubiese dormido durante los dos últimos meses, hubiese pasado de la sensación de vivir al borde de una profunda crisis del estado de Derecho a la normalidad más absoluta. ¿Qué ha pasado con el poder judicial? ¿Se han tranquilizado después de descubrir lo que supone ir de huelga? Porque, desde entonces hasta ahora, uno no recuerda grandes cambios, salvo la sustitución del titular del negociado y el incremento del número de parados en este país.
Sin embargo, los problemas latentes siguen ahí, se desconoce si habrá el necesario gran pacto por la modernización de la Justicia y si los presupuestos generales del próximo año incluirán las partidas necesarias. Mientras tanto, los españoles seguimos con una justicia del siglo XIX, con juzgados sin conexiones informáticas entre sí y con un sistema de penas que no responde a las demandas sociales que piden condenas muy severas para delitos muy concretos, como el terrorismo, contra la libertad sexual o castigar más la reincidencia.