domingo, 1 de marzo de 2009

Lo que me molesta de Villalba

Mauro, intentaré ser claro.
Me molesta la hipocresía, del que da lo que dice que le sobra, lo que no necesita; la falta de solidaridad.
Me molesta la ostentación, la publicidad y el autobombo a base del dolor y las dificultades de otros.
Me molesta el insulto a la labor de las trabajadoras sociales, que analizan los casos y estudian lo que necesitan.
Me molesta el insulto a los trabajadores que, con nuestros impuestos, pagamos el sistema de protección social. Todo eso, todo ese esfuerzo colectivo no sirve para nada. Llega Miguel Ángel Robin Jud Villalba.
Me molesta la imagen caciquil del político comprando voluntades, entre 100 y 200 euros, ¿en función de los votos?
Me molesta el aire neofascista, la intolerancia a las críticas, su negativa a desvelar de qué negocios vivirá. Negocios hostelero, ¿pero qué negocios? ¿Qué negocio da para alimentar a sus trabajadores y al propio Villalba? ¿De donde sacará para sus viajes al Caribe y la práctica de los deportes de riesgo, actividades austeras que tanto le gusta?
Me molesta los jetas, los caraduras y la tontería.
Al margen, Annie, los viajes al Caribe de Villalba no los pagó el Ayuntamiento, fueron de su bolsillo. Él pidió a Santiago Rodríguez Vega una acreditación como concejal, a lo que el alcalde, con buen criterio, se negó. En círculos íntimos, le preguntaban para qué la quería y su respuesta era: para mis negocietes.
Mauro, ltipos como VIllalba ya hundieron Argentina. Deberías ser el primero en estar alerta.

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