domingo, 11 de enero de 2009

Don Carlos Osoro, una opinión

Ya se ha confirmado hace unos días la noticia de la marcha de don Carlos Osoro. Considero que su estancia en Oviedo ha sido corta para lo que estábamos acostumbrados en la región. Su antecesor, Don Gabino Díaz Merchán fue el obispo titular durante varios lustros.
Con el sincero deseo que el Espíritu le acompañe en Valencia, no me resisto a opinar sobre los años de Don Carlos en Asturias.
Don Carlos Osoro ha sido un buen obispo, un muy buen obispo, que no ha tenido miedo en ejercer como tal y que se ha preocupado por estar cercano a todo el mundo, en lograr una Iglesia viva y comprometida, en constante conversión. La convocatoria del Sínodo es su gran aportación, que calificaremos de histórica con el paso de los tiempos. Consciente de su humanidad, ha pedido ya perdón por los errores que pudo haber cometido, lo que, sin duda, demuestra ya la buena madera de la que está hecho.
Don Carlos ejercerá ahora como administrador apostólico hasta el nombramiento de su sucesor. El plazo, mínimo, será hasta abril, cuando tome posesión de su nuevo cargo en Valencia. Ya han empezado las quinielas. Su auxiliar, Raúl Berzosa, suena con fuerza. Conoce la región y facilitaría la transición, incluso el ritmo en los trabajos del Sínodo. Otras opciones que se barajan son el obispo de Jaca-Huesca, Jesús Sanz, que ya avanzamos en el Archipiélago, el obispo de Orense, Luis Quinteiro, o el obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco.
Sea quien sea, será recibido con cariño e ilusión por quienes formamos la Iglesia en Asturias, que ya lo tenemos en nuestras oraciones.

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