sábado, 8 de noviembre de 2008

Vaya con la moda

-Perdone, es un pantalón de chica.

Y entonces, ¿qué hace uno, después de ponerse colorado?? Pues entregar la prenda a la dependienta y rogarle un pantalón de hombre, de mi talla y, de forma inexcusable, sin botones en la bragueta, con cremallera.

-A penas se hacen pantalones sin cremallera.

-Con cremallera, de lo contrario no lo quiero.

Más que una cuestión práctica, la cremallera en el pantalón es una cuestión de principios. La moda que no trata de convertirnos en mujeres nos transforma en pordioseros con pantalones rotos o sucios antes del primer lavado. Y, si quieren femeneizarnos, que lo hagan de verdad, con faldas y trajes largos coco chanel que son un primor al vestir. Incapaz de luchar contra esa corriente, levanto la voz para reivindicar la cremallera. Por fin aparecen, no mi talla, sino cinco más por las diferencias entre casas, las pedrerías que llevan y los pitillos.
Después de media hora y probar, uno ya luce con su nuevo vaquero, culito bomba y andar garboso por el centro comercial.
Cada vez resulta más complicado comprar ropa.

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