miércoles, 24 de septiembre de 2008

El juliocarreterismo

Con más de un año al frente de la comunicación del Ayuntamiento de Avilés, el titular del departamento, ha logrado contagiar a todo el servicio y los mensajes de la empresa en la que trabaja. No se trata de nada personal, sino de un diagnóstico profesional, la descripción de un virus cuyas primeras manifestaciones son faltas ortográficas y la ausencia de rigor para continuar con la pérdida de credibilidad o la especie de chapuza virtual en la que se ha convertido la, en otro tiempo, brillante web municipal.
La primera víctima del juliocarreterismo será el equipo de gobierno, de la misma forma que cuando uno enferma de gripe su cuerpo es el primero en sufrirla. En fin, luego vendrán los lloros, las lamentaciones y los cambios de poder, aunque siempre con una pregunta terrible: si éste hizo bueno al anterior, ¿cómo será el que hará bueno a éste?
Y, con ese escalofrío, uno se pregunta por la reacción que tendrán los medios de comunicación cuando se harten de soportar los gazapos, errores e incorrecciones que deben publicar por el contagio del juliocarreterismo. Ya se empieza a intuir que en cualquier nota de prensa del Ayuntamiento de Avilés (no se crea amable lector, tres o cuatro al día, de no más de una hoja), al margen de las habituales faltas de ortografía se localizarán errores o datos imprecisos. Se instaura la duda sistemática ante lo que se sabe chapucero y, entonces, los medios se preguntarán qué hacer: si seguir vendiendo falsedades a unos lectores que compran hechos ciertos o vacunarse contra el virus xatero y chapucero.

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