domingo, 10 de agosto de 2008

El morro olímpico de los chinos

Escucho en Punto Radio que , por cada medalla de oro que gane, China construirá una escuela en una región pobre. ¡¡Menudo morro tienen los chinos!!, piensa uno. En primer lugar, uno se pregunta si, de no lograr ese reconocimiento, esos pobres chinos se quedan sin escuela, ¿o qué? Es un poco torticero e indecente eso de mezclar las churras con las merinas. Se deberían construir escuelas si los gobernantes lo consideran necesario, si tienen dinero, si hay niños, pero no entiendo la relación con las medallas.
Además, pobres deportistas. Ya debe ser bastante la presión de competir por el honor nacional, el saber que años y años de esfuerzo se pueden ir al garete en unos minutos, saber que millones de espectadores te miran para encontrarse con que la educación de unos pobres niños depende de ti. ¿Y para los competidores, qué? Menos mal que no llegó ningún chino al sprint final de la carrera ciclista. ¿Se imaginan a Samuel Sánchez o Cancellara entre la duda de dejar el riñón o contribuir a al desarrollo de una zona pobre? ¿Y para los jueces de las competiciones? ¿Qué hacer cuando de la diferencia entre un 10 y un 9,8 depende el futuro de una comarca, la educación de unos niños? Esos anuncios deberían ser considerados como dopaje y revisar las ocho medallas que, hasta el momento, lleva China. O, como mínimo, las de oro.
Por cierto, cuelgo una encuesta sobre la ceremonia original. Me pareció un espectáculo brillante, pero frío, muy calculado y metódico. Me gustaría saber vuestra opinión.

El poema de la semana

Gorrión

Nadie pudo escribir con mejor letra
que el pájaro en la nieve esta mañana.
Yo me llamo gorrión y te lo digo
en trazos cuneiformes sin temor
a que lo lean otros. Sólo el sol,
y nada más que el sol, podrá borrarlo.

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