viernes, 6 de junio de 2008

El amigo de Obama



Lo leí en el ABC, pero el cuaderno de Pepe Blanco me lo confirmó:
Me he resistido en estos últimos meses a confesar públicamente mi simpatía hacia Barack Obama para no interferir en lo más mínimo en el proceso de elección que estaba desarrollando el Partido Demócrata. Quienes me han pedido un pronóstico en privado saben que, sin lugar a dudas, aposté claramente por Obama.


Ufff, no sé que me asombra más si tamaña modestia o que tal inteligencia no se destine a arreglar nuestra economía. En noviembre veremos si mantienen el gafe de Alemania, Francia o Italia, donde han apoyado a los candidantos perdedores. Es de justicia reconoce que la cita de Blanco supera esa de José Luis Rodríguez Zapatero donde calificaba a Angela Merkel de fracasada antes de las elecciones en Alemania. Por cierto, todos aquellos lectores que estén tristes, que se pasen por la bitácora de Blanco. Después de un día duro siempre se agradecen tantas risas.

El comisario político

Francisco Javier Valledor carga en una rueda de prensa contra el acuerdo entre PSOE y PP para ratificar a José Ramón Pérez Ornia como director de RTPA durante otros cuatro años. Como buen comunista, tiende a una conspiración contra la lucha de clases y asegura, sin cortarse el pelo, que el voto popular es el fielato pagado para lograr una mayor cobertura televisiva a sus actos. Así, en una frase y tan tranquilo pone en tela de juicio toda la profesionalidad de los periodistas del ente público sin nadie tenga el beneficio de la duda. Tal vez sólo él. El ex-consejero de Justicia (el primer consejero post-estatuto sin competencias reales) denuncia la manipulación política de los informativos, o sea, la misma matraca de siempre cuando se habla de televisiones públicas aunque no se aporta ningún tipo de pruebas. ¡¡Faltaría más!! No vaya a ser que la realidad nos dañe el argumentario.
Sagaz como es, Valledor afirma que la manipulación va más allá de los informativos y se infiltra en otros programas de la televisión asturiana. Una vez que el corte radiofónico no le diese más cancha al diputado, porque, de seguir hablando, igual reclamaba la instauración del comisario político para velar por la parcialidad de la televisión pública. Ya me imagino junto a los guionistas de Terapia de grupo una comisión para velar por la neutralidad política o la pureza progresista. La costumbre de Stalin de fijar criterios estéticos ha generado buenos alumnos. Afortunadamente para los asturianos, la democracia sitúa a estos neoestalinistas en la marginalidad política.

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