En su primera visita a la ciudad como rector, Vicente Gotor ha dejado claro que no es el momento de hablar de nuevas titulaciones en Asturias. El reto inmediato de la Universidad es adaptarse al Espacio Europeo de Educación Superior. A partir de 2011, será el momento de reflexionar si son necesarias o no las nuevas titulaciones, cuales y donde se ubican. Una opción de futuro que, por lo visto, no despierta la más mínima ilusión en el equipo de gobierno. Algo sorprendente cuando en su organigrama figura un concejal encargado de titulaciones superiores, pero el susodicho, Román Antonio Álvarez, da a entender que tiene suficiente con la Escuela Superior de Arte y con que el anterior equipo rectoral le rían sus gracias.
No seré yo quien critique la Escuela Superior de Arte. Es una baza para la ciudad y una marca de calidad, que se debería aprovechar mucho más de lo que se aprovecha utilizando el carácter específico que tiene la enseñanza artística, la riqueza y vitalidad inherente a su alumnado y sus profesores. En otras partes de Asturias ya se han dado cuenta y tendremos que rezar a San Agustín para que no termine en La Laboral.
Pero la importancia de la Escuela de Arte o de los centros de investigación existentes no restan valor a la existencia de titulaciones universitarias. No se trata sólo de un nombre para la ciudad, de una medalla. Sólo la Universidad asegura la doble función de formación e investigación capaz de converger con el entramado social y empresarial para crear un espacio competitivo y en crecimiento, un territorio con calidad de vida y más posibilidades de futuro. Por eso, siempre he defendido la presencia de la Universidad en Avilés. Las dificultades son muchas, comenzando por la lógica que reclama la concentración y cesar la actual dispersión, pero el gobierno debe trabajar por proyectos de futuro. Y más cuando la mayor parte de la ciudad los apoya.
De ahí que me sorprenda la renuncia tácita a ese objetivo, la miopía de la alcaldesa que cada vez se reafirma como buena gestora pero pésima creadora. ¿Qué ideas propias conocemos de Pilar Varela en su primer año de gobierno?