jueves, 17 de abril de 2008

Un contacto paranormal

Es un lugar común entre todos nosotros dudar de las mediciones de audiencia. Nadie conoce a nadie que tenga un audímetro en su casa. Pero yo he visto uno, hoy, esta tarde. ¿Dónde? En Gijón, ¿dónde si no?
Paseábamos por Jove y alcanzamos una casa. En el exterior, sus propietarios, un matrimonio mayor, hablaba con una chica joven. Supuse que era su hija, que se despedía de ellos después de una visita. Hasta que, al pasar a su lado, vimos que le ofrecía un folleto de color rosa.
-Cuando ustedes ven por la mañana que un programa tuvo tal audiencia es gracias a estos aparatos...
Seguimos caminando, pero esta claro. En esa casa, igual hay un audímetro. Pero está claro que, la joven del Seat Ibiza repartía medidores de audiencia. Y yo estuve ahí, a medio metro de uno. Guardo la dirección para negociar con las cadenas. Porque esa casa representará un tanto por ciento de la población y, en las manos y los ojos de ese matrimonio que disfruta su jubilación, se encuentra el futuro de muchos programas. ¡¡Casi nada!! Y en Jove.

La movida y la rosa

 

Fue noticia hace varias semanas. La movida madrileña protagonizó el glamuroso baile de la rosa de Mónaco. Ver las imágenes de sus protagonistas en el Principado, con la casa real monagesca fue todo un shock. Aunque, en el fondo, no es sino repetir la escena de cientos de años en los que los nobles buscan en el pueblo llano el talento que no tienen en su alta cuna. De todas las declaraciones que se hicieron me quedo con las de Pedro Almódovar, que asegura que el homenaje no es a la Movida, sino a la transición española, al clima de libertad que vino detrás de los años oscuros de la dictadura.
Y aunque no deja de escocer un poco que, para homenajear a la evolución democrática de todo un país, se escoja a esa pandilla, al tiempo es un orgullo (sí, orgullo) que un producto tan español que sólo aquí puede surgir sea objeto de reconocimiento en Europa. Admiran su creatividad y también la de un país como el nuestro, castizo y universal, contradictorio y orgulloso de sí, incapaz de explicar racionalmente pero ideal para vivir. Sí, es una suerte haber nacido en este lugar del planeta.

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