sábado, 29 de marzo de 2008

Avilés, territorio inteligente


Han sido meses, muchos, de trabajo y el pasado miércoles los avilesinos conocíamos un gran proyecto urbanístico destinado a cambiar la forma de ver no sólo la ciudad, sino también Asturias. Estamos ante un proyecto ambicioso, como corresponde a políticos con altura, con miras, pensando en que lo vamos a disfrutar nosotros y nuestros nietos. Reclamar ahora, como se escucha, los datos concretos de la financiación es una excusa de mal pagador, es buscar un pretexto fácil para rechazarlo y tratar de quedar bien. Pero esta propuesta no se puede rechazar.
¿Por qué? Porque se propone aprovechar el poco suelo que queda libre en la ciudad para darle una vuelta y convertirla en un territorio con los estándares de calidad de vida del siglo XXI, un territorio donde convivan las industrias tradicionales y los nuevos modos productivos, un territorio donde la inmensa herida producida por la industrialización de mediados del pasado siglo se cure completamente.
En esta fase inicial, a uno le gustaría que los políticos locales expresasen un apoyo claro o un rechazo evidente. Así sabríamos con que nos jugamos. Uno defiende esta propuesta que se hará a la largo de varios mandatos. Hay quien dice que en trece años serán bastantes. Yo pienso que serán los mínimos para comenzar a apreciar el cambio. Más allá de esos matices que el tiempo resolverá, estamos ante un proyecto ambicioso como nunca ha existido, que surge de los elementos positivos del Plan Leyra (más allá de sus fallos cartográficos, alguno tenía) y donde necesitamos políticos con altura de miras capaces de comprometerse y sacar adelante todos sus retos, como la conexión con la comarca.

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