miércoles, 19 de septiembre de 2007

Los trapos sucios de Pilar Varela

Cito a Pilar Varela porque es la alcaldesa. Aunque también podría poner a otro concejal o político local. Pero no voy a hablar de ella, ni de ningún político. Entre otros motivos, porque no conozco trapos sucios de ninguno de ellos y, de conocerlos, iría a ver al fiscal. Lo que voy hacer es contar, contar el número de visitantes que entran por este titular. Así podré especular entre los isleños que se acercan por un simple interés, por disfrutar de las paranoias de uno, del mundo propio que intenta compartir, de una sensibilidad e intereses comunes y quienes arriban en este archipiélago animados por el morbo y las ganas de destripar al vecino. Aunque, aviso, supongo que los segundos serán más que los primeros.

Escaparates

Un buen escaparate es una historia, una historia que te seduce y enamora hasta el punto de fijarte en los productos que te enseña, similares a los que puedes encontrar dos calles a la izquierda, o al lado del escaparate, o en esa gran plaza comercial que es Internet. Las historias son de todos los tipos. Las hay cutres y sublimes; hay poemas, ensayos y narrativa. Una ciudad con buenos escaparates es una ciudad más viva, porque sus comerciantes son capaces de contar historias y renovarlas cada cierto tiempo. Recuerdo escaparates como el de Almacenes Py, con esos letreros manuscritos que glosaban las virtudes de los productos: Plancha que no deja ninguna arruga, cafetera para el mejor café... Hay clásicos que siguen, como Verano, y otros en ese territorio extraño y difícil que los convierten en un clásico de la vanguardia. Pienso en MSV y su nueva propuesta, la que me lleva a escribir todo esto. Ha logrado sencillez y elegancia, el juego de los botones que se convierte en una metáfora del otoño y la combinación de colores... Siempre buscando y siempre encontrado. Desde luego, gozan de mucho talento.

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