martes, 4 de septiembre de 2007

Los pelos de Nicolas Cage


Cualquier película de Nicolás Cage ofrece un asunto de interés: qué hace con el pelo. Es decir, cómo crece, qué implante se pone, si usa peluquín o no. Este chico debe ser un chollo para la delegación yanki de Corporación Dermoestética. En Next no ofrece los peores implantes de su carrera lo que, al principio, indica que puede ser una buena película. Un guión inspirado en Philip K. Dick y la presencia siempre sólida de Julianne Moore, además de contar con la belleza de Jessica Biel, que por las películas que va escogiendo debe tratar de huir de los encasillamientos, hacían esperar lo mejor.
Por desgracia todo se queda ahí. En un deseo frustrado. La historia es la de un tipo con un don extraordinario: puede saber lo que le sucederá con dos minutos de anticipación. A partir de ahí, se monta la trama con más trampas que un tahúr del misisipi. Y con un pequeño problema existencial. Ni se decanta por las cuestiones de fondo (la libertad personal, el destino, la relación entre libertades personales y sociales, la razón de Estado) ni por el simple entretenimiento. Queda ahí. En tierra de nadie, sin llegar a aburrir pero sin emocionar, sin incitar a pensar, pero sin dormirse.
Bueno, para una noche no está mal.

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