martes, 10 de julio de 2007

El corazón de las ruinas (y siete)


Fue uno de los símbolos de la elegancia y el buen vestir en Avilés. Y sigue siéndolo, aunque en otra ubicación. Varias generaciones de avilesinos supieron que, detrás de esa puerta, les esperaba una ropa igual a la tipografía que nominaba al comercio: sobria, elegante, clásica, al margen de modas y dominada por el buen gusto.
Es de Verano, se decía al estrenar una ropa y querer presumir de elegancia y distinción.
Los nuevos tiempos transformarán ese local en una oficina bancario. Posiblemente, la tipografía desaparecerá y que mejor que un recuedo para ese negocio, sus dueños y empleados que, durante tiempo, ofrecieron a los avilesinos lo mejor de sí, su conocimientos en el arte del vestir y una sonrisa, su bondad y amabilidad.

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