Un pacto de gobierno se puede basar en el acuerdo, como normalmente se hace; pero también en la discrepancia, como parece ser que sucederá en Asturias en los próximos cuatro años, según leemos en toda la prensa: ante la falta de avances, del avance definitivo, Javier Fernández ordena a Areces formar gobierno monocolor. Los cuatro años de la pasada legislatura han dejado suficientes puntos en común entre PSOE e IU para que la coalición de izquierdas no diga no a todo el parlamento. Eso representa una salvaguarda importante para el gobierno. Pero, al tiempo, la convivencia ha generado numerosas heridas. Valledor encarna buena parte de ellas. Y su continuidad en el gobierno era hasta cierto punto lógica si había reeditaba el pacto y seguían con Justicia y Relaciones Internacionales, por cierto, la consejería con menos competencias (cero) y un mayor gabinete (cargos de confianza) del Principado.
Con su decisión, Javier Fernández lanza un doble mensaje, un balón de oxígeno para Izquierda Unida y una favor a unos cuantos.. El primero de los mensajes es para una militancia que ya comienza a estar cansada de IU y de su discurso: nuestra paciencia tiene límite. Y también demuestra quien manda en la FSA (segundo mensaje). El balón de oxígeno que recibe Izquierda Unida le permitirá entrar en el gobierno sin renunciar a sus ideas. IU ya dejó claro sus posiciones irrenunciables: Caleo, la incineradora, el bable... Hasta el punto de sacrificar el gobierno, sus asientos por defenderlas. Ahora, si entra no será por esas ideas, sino por la estabilidad, por Asturias, valores supremos que nadie cuestiona. Por mor de esa estabilidad, queda margen para fijar discrepancias. Es decir, que los dos socios asuman que el díscolo (IU) pueda ir por libre en ciertos campos sin que ofenda a la estabilidad.
Si se produce esa entrada, al margen de la negociación, la FSA podrá poner bolar negras en la elección de los consejeros de IU, es decir un derecho a veto tan sibilino que no molesta a nadie. Así Javier Fernández se cobra una pieza: Valledor quedará fuera del gobierno. Favor que hace a Areces y a Jesús Iglesias y que, a buen seguro, sabrá cobrar en su momento.
Lo más arriesgado de escribir estos análisis políticos es que, en unas semanas, la realidad me dirá si tengo o no razón.