viernes, 27 de abril de 2007

Desgracia en Corvera

Los Campos fueron ayer triste noticia en toda España. Un incendio provocaba la muerte de dos hermanos, una desgracia que desgarró el corazón de toda Corvera, de todos nosotros. En unos días, la noticia quedará como un eco en nuestra memoria, aunque una familia permanecerá para siempre destrozada con el dolor de una pérdida para la que no tendrá respuestas y sí muchas preguntas.
Son estos momentos en los que uno se pregunta por el sentido del mundo, que reglas tiene este juego que no acertamos a comprender. Hay momentos en la historia en los que Dios parece olvidarse de la humanidad, de los que se supone que son sus criaturas preferidas. Ayer pudo ser uno de ellos. Aunque tal vez el reto será formular la pregunta de forma correcta. Recuerdo una esquela por un joven. Sus amigos no preguntaban a Dios por qué se lo había llevado, sino que daban las gracias por haberlo conocido.
Descubrimos los secretos de la nanociencia, llevamos nuestra tecnología más allá del sistema solar, creamos vacunas imposibles pero seguimos sin ser capaces de entender la muerte de dos inocentes. Nos queda el silencio, el abrazo a la familia, la solidaridad, la oración para los creyentes y el ofrecimiento de nuestra vida ante el Supremo, sabiendo que, igual que el Ángel aparecido a San Agustín, nunca podremos meter toda la mar en un agujero en la arena. Ni podremos entender toda la vida. Tan sólo nos queda soportarla con resignación y tratar de cambiar aquello que podamos mejorar.
¿Qué más podemos decir a la familia que lo sentimos, qué estamos con ellos?

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