martes, 13 de marzo de 2007

El llagar de Casa Lin

A 75 días de las elecciones municipales y autonómicas de mayo, hoy tenía pensado escribir sobre las manifestación del sábado. Pero resulta que ayer conocí la ampliación de Casa Lin y me parece mucho más interesante. Así que dejo la política para otro día.
La ampliación se llama El llagar de Casa Lin y se encuentra unos metros detrás de la entrada, en la misma avenida de Los Telares. Se trata de un almacén comunicado por un pasillo con el Casa Lin de toda la vida.
Rodrigo, el dueño de la sidrería, nos explicaba ayer que ha pensado el local para organizar fiestas y espichas. Se puede dividir en dos salas grandes, independientes entre sí. Una para cien personas y otra para ochenta. O tener como un único espacio, como sucedió ayer en la entrega de los concursos de los Chigres Antroxados.
Lo mejor es el diseño del espacio, obra de dos arquitectos, aunque no sé el nombre (no se trata de ir preguntando todo para la bitácora, que luego me convierto en un friqui-avilesino-blogero). En la puerta exterior se colocó una estructura de acero corten, con láminas del metal retorcidas como si fuesen los chorros de la sidra al escanciar. Existe una serie larga, que permite que se vea el interior desde fuera y viceversa, pero siempre con una sensación de que se respeta la intimidad muy agradable. Aún faltan detalles en el interior, pero se han cuidado los detalles. Hay que fijarse en el techo de madera. Los paneles que separan las dos salas son dos grandes láminas de cristal rellenas de corchos de sidra. Y la barra se decora con fragmentos de botella. Todo muy moderno, pero nada estridente. Me gustó mucho. Os invito a ir y, de paso, beber unas botellas de sidra.
Lástima no llevar ayer la cámara. Tendré que hacer caso a mi nena y cambiar a un móvil con cámara.

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