viernes, 23 de febrero de 2007

Observaciones de un extranjero

Bajo el pseudónimo de Jack José María Malgor publicó en La Voz de Avilés una serie de artículos bajo el título genérico de Observaciones de un extranjero que ahora se recuperan en una edición que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Avilés y el lastre de sus impulsores. Lo digo porque no entiendo como todo el trabajo de Nieva ediciones (www.edicionesnieva.com) no se refleja en su web donde es imposible encontrar ni una referencia al libro.
Los artículos se publicaron entre 1929 y 1934. En ellos, el autor se convierte en Jack, un ingeniero estadounidense de origen asturiano que se encuentra en Avilés. En sus observaciones, apunta la realidad con el extrañamiento y distancia propias de un extranjero. El libro es absolutamente recomendable. Sus escenas costumbristas, el retrato de la sociedad de entonces, la propia escritura de Malgor. En algún momento me gustaría contar con notas a pie de página para contextualizar bien la obra; en otros párrafos su actualidad es sorprendente:
"Únicamente estos días, con la discusión del Estatuto catalán, los ánimos están algo excitados. Corre el rumor de que el Estatuto elaborado por los catalanes no se aprobará, y sí uno que hagan las Cortes, sin detrimento de la unidad nacional -sagrada, intangible, indivisible- pero que tampoco cercene las aspiraciones autonómicas de Cataluña, por lo menos en materia administrativa, en una forma análoga al concierto económico que tiene desde hace muchos años las Vascongadas. Se aprobará un Estatuto, no el que presentaron los catalanes, sino el que hagan los españoles. Pero el terrible problema hay que resolverlo en la forma más española posible, porque el eludirlo no sería más que un aplazamiento grave, y quien sabe las responsabilidades que trajera para el futuro"
lo anterior se encuentra escrito en 1932. Je, je... El tiempo transcurrido no le ha quitado ni pizca de humor, una de las principales virtudes de Malgor y sólo por ella vale la pena leer este libro:
"Me levanté y le di la mano.
-Dear. I thank you, very much.
-Y yo en la suya, por si les mosques- me contestó impasible, en una fracase cuyo sentido ha resultado más oscuro para mí que las anteriores.

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