lunes, 15 de enero de 2007

La Laboral

Cumpliendo los plazos La Laboral se convertirá en una realidad y los asturianos comenzamos a ver qué es esa Ciudad de la Cultura en la que tanto ha trabajado Jorge Fernández León. Lo primero quiere decir que hemos disfrutado de un equipo de buenos gestores, lo cual ya es suficiente satisfacción.
En una reciente mesa redonda, Fernández León opinaba que los ciudadanos comienzan a exigir cada vez más servicios de calidad antes que servicios o infraestructuras. En esa idea, enmarcaba la Ciudad de la Cultura. El proyecto que se dibuja ofrece una gran potencia, un servidor capaz de conectar Asturias con las redes mundiales de la creación y el conocimiento. Gracias a la bitácora de Annie Christiansen descubrí el estudio ovetense Diseco (http://www.diseco.com/, recomendable una visita como mínimo) que, de forma más modesta establece esas relaciones y trata con igual familiaridad a un estudio de Nueva York (http://www.mogoyon-ny.com/, idem) que a sus clientes locales.
En política podemos sentarnos a gestionar lo que hay, o soñar con otra realidad y hacer todo lo posible para que sea una realidad. La Laboral nace de la segunda actitud. Cuando veo un proyecto de esa magnitud siento mucho vértigo: no sé si Asturias tendrá capacidad económica para asumirlo, si tendremos masa intelectual para disfrutarla, si supondrá un cambio tal en las infraestructuras culturales locales que terminará por anularlas, si entablará o no diálogo con el entorno...
Pero al tiempo, nos ofrece posibilidades como situarnos en el mapa de la creación, donde apareces o no estás, no existen periferias; puede contribuir a generar un nuevo sector económico y lanzar a una parte de nuestros creadores (aunque si sabemos jugar las bazas, todo el mundo tendrá su espacio) a una promoción nunca imaginada desde estas tierras... Son suficientes argumentos para lanzarnos y, como cantaba Soda Stéreo en los 90, recordar que "el riesgo es el camino más intenso".

1 comentario:

  1. La Ciudad de la Cultura podría haber sido el cementerio de cualquier gestor de lo público, y haber arrastrado a muchos en su camino.

    El trabajo ha sido de todos, también de aquellos que aún no son capaces de vislumbrar qué va a significar este proyecto. Su incredulidad siempre es un buen acicate.

    Bueno, bonito y barato (véanse otras "Ciudades de la Cultura" AMGD). ¿Quién da mas?

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